"Nadie puede venir a mí, si el Padre que me envía no lo atrae; y yo le resucitaré el último día" (Jn 6,44)
"Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí." (Jn 6,45)
Cuando uno está alejado de Dios (sea por escepticismo, ateísmo, agnosticismo o lo que sea), cada que ves o escuchas una cita bíblica o frases como: - "Tienes que tener un encuentro personal con Jesús" - "Sólo si tienes fe te salvarás" o "conviértete y cree en el Evangelio" -, una especie de escozor se activa en uno (muchas veces acompañado de burla). A mí me pasaba, muy a pesar de que crecí en un hogar católico. El tema religioso me irritaba tanto, que trataba despectivamente de rezandera a mi hermana y a mi mamá la volvía loca cada vez que la veía escuchando por enésima vez la misa en radio o en televisión. Mamá, hermana: perdón.*
Me voy a poner cursi a partir de ahora, y si eres como solía ser yo, una especie de escozor y burla se activarán en ti, pero sabes que: no me importa. Al menos puedes abandonar este blog a partir de ahora.
Primera frase cursi: "Uno no puede amar lo que no conoce".
Todos los que rehuyen del tema "Dios" tienen algún tipo de argumento que justifica su incredulidad. El mío era: "Dios es un invento del hombre para dar respuesta a lo que no logra comprender". Creo que no rayé en el Ateísmo, pero si me dejé influenciar por los movimientos de la nueva era que te venden un dios equivalente a energía en movimiento, un dios hecho a la medida de lo que queremos creer.
Fue una posición injusta, porque no me había dado a la tarea de conocer al verdadero Dios, ese del que tanto hablan las abuelas, mamás y hermanas rezanderas. Para ser honestos, la misa obligada los domingos era eso, obligada; las clases de religión: la materia de relleno para conversar con los amigos en clase; y las clases de catecismo: si gracias, no me acuerdo de nada. Ahhhhh, y ¿la biblia? - ¡Un libro aburridísimo!
¿Cómo carajos iba a hacerme una idea verdadera de Dios si siempre le huí? Hasta que un día ese man me dijo: "Parcero, usted es de los míos", venga pa' acá (sí, me habló en paisa-dominicano).
Inicié citando dos versículos del Evangelio de San Juan, porque a mi entender, describen una muy buena razón por la que muchos son los llamados y pocos los escogidos (Mt 22,14). Dios se manifiesta de muchas maneras y nos invita a conocerle, (y aquí viene otra cursilería que le duele mucho a los ateos), pero Dios es un caballero, nos dio libre elección para seguirle y amarle. Cuando inicias un camino de conversión y miras hacia atrás en tu vida, te das cuenta de la infinidad de llamados que Dios te hizo y no escuchaste. Y no hablo de que Él se va a aparecer en una nube y te hablará con voz ronca y autoritaria (aunque puede suceder), sino de todos esos amigos, familiares, memes católicos, eventos, coincidencias, reuniones y demás cosas que te invitan a seguirle.
Pero adivina qué: estás tan entretenido con el ipad, la novia, el trabajo, el equipo de fútbol o lo que sea y no le prestas atención.
Si quieres saber de Dios, conoce de Dios. No te limites a seguir las conclusiones que da la razón y el extendido planteamiento cientificista que nos embuten los medios. Si solo lees los argumentos de los ateos, pues tendrás una posición atea. Lee ambos bandos (ateos y creyentes) y sobre todo, si quieres darle una oportunidad de convencerte por ti mismo, lee los Evangelios, tratando de ser lo más neutral posible en el sentido de no anteponer tu incredulidad a la posibilidad de evaluar otro punto de vista. Analiza la figura de Jesús desde su enseñanza ética y moral y la sabiduría con la que enfrentaba cada situación. Si quieres no te fijes en los milagros: ni siquiera los que los presenciaron le creyeron, fíjate en el tipo de persona que era (es) Jesús. Yo me sorprendí y me enamoré de Él.
"Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí." - Quisiera que todos se pudieran convencer de lo real y vivo que es Jesús, pero lo cierto es que este es un llamado personal. Yo lo tuve en un retiro espiritual, al que "me llevaron" medio engañado. Pero esa solo fue la semilla, los frutos vinieron de la mano de la oración de mi esposa y familiares, y la inquietud sembrada que me llevó a escudriñar en las escrituras y libros católicos y cristianos.
Hoy te puedo decir, así te de escozor y náuseas: "Jesús está vivo, vive en tí, vive en mí y espera tener un encuentro personal contigo".
¡Dios les bendiga!
*El perdón debe ser personal: a mi madre y mi hermana les pedí perdón y me han perdonado. Ese será un tema que pronto tocaré.
jueves, 7 de diciembre de 2017
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