Impactado por la experiencia en Costa Rica, con tantas cosas que pensar y sentir, quiso Dios que participara como servidor en un retiro de Emaús. No se puede hablar de lo que allí sucede, pero sí de lo que se siente. Servir es aún mas grande que ser servido; ya lo había dicho Jesús: "No he venido a ser servido, sino a servir..." - (Mt 20,28). Quien sirve con amor, inevitablemente recibe una fuerza sobrenatural que lo lleva a hacer todas sus tareas con dedicación incansable, es la fuerza del Espíritu Santo. Solo la presencia de Dios a través de su Espíritu puede explicar que un retiro de estos salga exitosamente con tantos retos que surgen en este camino de hombres imperfectos.
En este retiro también obtuve una palabra del Señor, la respuesta a una pregunta que venía meditando tanto tiempo: ¿De verdad existes? - Él fue tajante: "Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes, porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas" - (Josué 1,9).
No solo me decía que existía, sino que estaba conmigo y me invitaba a seguirle con valor y firmeza. Doble bofetada para este gallina, que seguía buscando excusas para negar su existencia.
No podía seguir ocultando algo que sentía fuertemente en mi corazón, una inquietud que no me dejaba dormir. Muchas veces, en medio de la madrugada, me despertaba y no podía conciliar de nuevo el sueño. Esto sucedía alrededor de las 3 de la mañana, luego, cuando a través de un hermano de la comunidad conocí la hora de la misericordia, entendí que el Señor me invitaba a orar.
Pero pesó más mi debilidad, no duró mucho el fuego en mi corazón, seguí vagando en el mundo, con mas dudas que certezas. Dudas que trataba de responder leyendo libros y viendo videos en youtube, que inevitablemente me llevaban también a cruzarme con los argumentos de los no creyentes y que sembraban aún más dudas.
Mientras tanto, Dios seguía abonando esa semilla sembrada y no lo hacía en mi razón, sino en mi corazón. En noviembre de 2016, fui invitado por unos hermanos de Emáus para hacer un servicio en la cárcel. Ese servicio parecía un imposible. Consistía en contactar a la familia de un recluso y lograr que fueran a visitarlo. Suena fácil, pero agreguemos que esta persona estaba involucrada en un tremendo crimen (lo sé porque mi curiosidad me obligó a googlearlo), su familia vivía muy lejos de la cárcel y hacía muchos años que no le veían, eran de escasos recursos, temían que un extraño los estuviese contactando tan misteriosamente y que además este extraño (osea yo), también estaba muerto del susto y vacilaba en muchas cosas para poder propiciar con ese encuentro.
La misión se tornó tan difícil que me acordé del único que podía ayudarme: Dios. Le dije: Señor, esta tarea es para tu honor y gloria, así que dame una mano, porque solo no puedo. A partir de allí todo fluyó. El encuentro se pudo dar y el premio fueron los múltiples abrazos, palabras de agradecimiento, lágrimas y muestras de cariño que no solo recibí sino que presencié en cada uno de esos familiares que llevaban tanto sin verse. Allí no importaba el pecado, importaba el pecador, el amor fluía por cada rincón. La misericordia de Dios era palpable en cada esquina de ese recinto dentro de esa fría cárcel.
Hoy sigo participando de retiros en centros penitenciarios y lo seguiré haciendo sin miedo, porque Dios se derrama inmensamente allí, pues donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia. Jamás he recibido abrazos y sonrisas más sinceras que las de esos reclusos, sólo comparables con las muestras de amor profesadas por un inocente niño. No exagero, es muy real.
Ya no necesitaba seguir buscando respuestas en libros ni en vídeos sobre la existencia de Dios, Él estaba allí, en cada muestra de su amor y misericordia. Debemos romper nuestros duros corazones y abrirlos al verdadero amor, sólo así entenderemos su existencia.
Parecía que Dios ya había preparado este duro corazón para recibir a su Madre y que fuera ella quien me llevara a Jesucristo.
Todo comenzó un 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción. Traía la nostalgia de ese día, que se celebra muy especialmente en Colombia y le dije a algunos amigos que nos reuniéramos a encender "velitas", costumbre que no es conocida por estas tierras.
Nos reunimos tres parejas, asistimos primero a la celebración de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, precisamente en la Parroquia que lleva ese mismo nombre en la ciudad de Santo Domingo. La Santa Misa estuvo presidida por el Arzobispo de esta ciudad. Allí comenzó el llamado. Luego fuimos a la casa de una de las parejas, encendimos las velas y en torno a ellas surgió el tema de las indulgencias plenarias del 2017 por el centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima. No tenía idea de lo que eran indulgencias, pero si me quedó claro que una de las opciones para obtenerlas era peregrinar a algún santuario mariano, especialmente a Fátima.
Unos días después, tras haber indagado bien sobre las indulgencias, encontré por coincidencia una invitación a peregrinar a varios santuarios marianos en Europa y sentí el fuerte impulso de ir. De inmediato, y sin consultarlo, motivado por una fuerza que no me era propia, creé un grupo en whatsapp en el que incluí a mis amigos y con plena certeza les dije: ¡nos vamos de peregrinación!. La respuesta fue de júbilo y aceptación y coincidimos en reunirnos para planear el viaje.
Nos reunimos a finales del mes de diciembre (2016) y acordamos que íbamos a hacer diversas actividades para recaudar fondos para el viaje de peregrinación y nos fijamos como condición que todas estas actividades estuvieran centradas en la evangelización y que parte del dinero recaudado lo íbamos a destinar a ayuda social. Fue así como nació @virgencitaperegrina como grupo de evangelización y @immacolata.rd como marca de nuestros productos. A partir de allí, consagramos sin saberlo nuestro trabajo a nuestra Madre María Santísima y nos ha ido llevando por un camino lleno de maravillosas sorpresas cuyo destino final ha sido su hijo Jesucristo.
De todas estas experiencias, algunas de ellas místicas, hablaré en mi próxima entrada. Por ahora les anticiparé una importante. Cuando definimos el nombre de nuestro grupo y la marca, surgió entonces la inquietud sobre un logo o imagen a usar. Con total convencimiento les dije a mis amigos que no se preocuparan de ello, que la Virgen lo iba a resolver (ninguno de nosotros es diseñador gráfico o dibujante). Esa misma noche, en medio de un sueño, la virgen se me revelaba de pie sobre el globo terráqueo, con sus pies sobre la isla La Española. Entre sus manos, que estaban en señal de oración, tenía el Santo Rosario y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. También se me reveló una imagen en la que la circunferencia de nuestro planeta eran las cuentas del Santo Rosario.
Esa misma mañana, como pude, hice un bosquejo de lo que había soñado y a partir de allí surgieron los dos logos que usamos en nuestras páginas.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoKR7XvNVQKDHMbnJSkV1nT4bs8T7BDQ5cRLQqq6k-00vjlshyNvme9CdBh4CsJWwr76Ldebb1XLB5QjRarkKuspvezolKbNZpNd9pVyFhFSz3Q3tJqCnUHjw2p5ycidHCOUkRLQT_DdZP/s200/Virgencita-Peregrina4.jpg)
¡Dios les bendiga!
Nos reunimos a finales del mes de diciembre (2016) y acordamos que íbamos a hacer diversas actividades para recaudar fondos para el viaje de peregrinación y nos fijamos como condición que todas estas actividades estuvieran centradas en la evangelización y que parte del dinero recaudado lo íbamos a destinar a ayuda social. Fue así como nació @virgencitaperegrina como grupo de evangelización y @immacolata.rd como marca de nuestros productos. A partir de allí, consagramos sin saberlo nuestro trabajo a nuestra Madre María Santísima y nos ha ido llevando por un camino lleno de maravillosas sorpresas cuyo destino final ha sido su hijo Jesucristo.
De todas estas experiencias, algunas de ellas místicas, hablaré en mi próxima entrada. Por ahora les anticiparé una importante. Cuando definimos el nombre de nuestro grupo y la marca, surgió entonces la inquietud sobre un logo o imagen a usar. Con total convencimiento les dije a mis amigos que no se preocuparan de ello, que la Virgen lo iba a resolver (ninguno de nosotros es diseñador gráfico o dibujante). Esa misma noche, en medio de un sueño, la virgen se me revelaba de pie sobre el globo terráqueo, con sus pies sobre la isla La Española. Entre sus manos, que estaban en señal de oración, tenía el Santo Rosario y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. También se me reveló una imagen en la que la circunferencia de nuestro planeta eran las cuentas del Santo Rosario.
Esa misma mañana, como pude, hice un bosquejo de lo que había soñado y a partir de allí surgieron los dos logos que usamos en nuestras páginas.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoKR7XvNVQKDHMbnJSkV1nT4bs8T7BDQ5cRLQqq6k-00vjlshyNvme9CdBh4CsJWwr76Ldebb1XLB5QjRarkKuspvezolKbNZpNd9pVyFhFSz3Q3tJqCnUHjw2p5ycidHCOUkRLQT_DdZP/s200/Virgencita-Peregrina4.jpg)
¡Dios les bendiga!